Desde el 28 de Junio hasta el 30 de Agosto se puede visitar la nueva exposición de la Sala Alfajar. Sensibilidad, tonos pastel, puertos y mercadillos definen estas obras.

La pintura de Molina se mueve entre lo figurativo y lo abstracto, con un toque muy personal. La exposición estará abierta del 28 de Junio al 30 de Agosto, junto a la Catedral, en C/ Císter, 1, puerta 2, Málaga.

Molina trabaja con colores pastel y figuras que cada vez se hacen más sencillas, pero no por ello menos reconocibles. Le gusta la armonía de colores y la suavidad en estos, pero también juega con las texturas, usando mucho la espátula para dar relieves. Se inspira en el mar de su tierra, en los espacios costeros, mercadillos y tenderetes, los reflejos y las simetrías para crear sus cuadros. Hace fotografías y después las simplifica, dándoles ese estilo tan propio.

J.M. Molina Castro cuestiona el acto de ver, lo desaprende para volver a aprenderlo, colocándose así en los momentos previos a cuando acordamos entre todos llamar realidad a lo que ante nuestros ojos se representaba.
Así, para ocuparse de la materia en sus más variadas formas, del azar, de la técnica y de la propia historia, el artista, Molina Castro, despoja su mirada de ornamentos innecesarios, de prejuicios, de modas superfluas para poder mirar tal como lo hace y que todos podamos aprender de ello.

Joaquín Nebro (2012)

No hay estridencias en la pintura de José Manuel Molina. El magnetismo de su obra se basa en una sutil combinación de contrastes contenidos dentro de una gama de matices cromáticos afines, preferentemente fríos, complementados por alguna nota de color cálido que actúa como centro de atracción visual. Este planteamiento cromático evoca un ambiente mediterráneo aunque siempre filtrado por un rigor en la moderación en tono y saturación cromática.
La ejecución de su pintura se manifiesta en islas cromáticas casi planas, tratadas con espátula, con generosidad matérica y con un vigor contenido como si quisiera ocultar el gesto gráfico, aunque su “caligrafía” queda patente al proponer un recorrido visual que incita a una inspección exhaustiva de la obra.
Sus composiciones, aún moviéndose en el terreno de la figuración, deben más a una preocupación por el ritmo, las tensiones, los contrastes medidos y el equilibrio, que a una aproximación a la realidad visual. En ese sentido, no duda en representar objetos fragmentados, a veces casi irreconocibles; le interesa más el impacto que un fragmento de barco o de edificio produce en una zona de su composición, que la descripción realista del objeto en sí. En otras palabras, su obra está concebida en el ámbito de la abstracción aunque utiliza referencias figurativas, quizá como una estrategia de aproximación inicial al espectador, como un guiño de complicidad que ayuda al posicionamiento del espectador ante la obra inédita.
Por lo descrito hasta ahora, y teniendo en cuenta que en la pintura de José Manuel Molina predominan más los aspectos subjetivos y emocionales que los objetivos, cabría inscribirlo dentro del expresionismo, si bien, la coherencia y la originalidad de su estilo convierten en arriesgado cualquier intento de encasillarlo dentro de una determinada tendencia.
José Ángel Ruiz (pintor)

Nacido en Torre del mar, José Manuel Molina tuvo muy claro desde pequeño su sueño era ser pintor, y lo ha logrado con el apoyo de su madre. Pero también ha estudiado Bellas artes en Sevilla, esmalte sobre metal en Valencia, ha hecho cerámica, diseño de moda, dibujo publicitario y decoración. Ha recibido varios premios de pintura, como el de Álora o el Premio Cajar Rural de Sevilla. Sus cuadros han llegado a Estados Unidos, a Países Bajos y a muchos otros. Se ha codeado con grandes artistas como Antonio López, lo que lo ha hecho crecer y dado a conocer, pero siempre se ha mantenido humilde y basando su trabajo en su amor por el arte.

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